La sagrada imagen del Santísimo Cristo Crucificado de los Estudiantes, fue realizada por el escultor nacido en Álora José Navas-Parejo Pérez, sé procesión por primera vez el Jueves Santo 18 de abril de 1946 incorporando aquella generación de cofrades una imagen inédita hasta entonces en nuestros desfiles procesionales.
El Cristo de los Estudiantes es venerado en la parroquia de la Encarnación de nuestro pueblo, junto a la capilla de la Sagrada Familia. Todos los Martes Santo, es subido a hombros en un solemne traslado hasta la capilla de La Torres, para ser entronizado y así poder realizar su salida procesional el Jueves Santo tras el Señor de las Torres.
Los nazarenos del Cristo de los Estudiantes en la procesión del Jueves Santo, realizan la penitencia con túnicas azul marino con fajín de esparto mientras que los hombres de trono van con traje oscuro.
El Crucificado de los Estudiantes representa a Dios muerto, sin perder la serenidad clásica dentro de una impresionante dignidad. Su cabeza, caída sobre el pecho hacia adelante y ligeramente inclinada hacia la derecha contrasta con el movimiento de las piernas hacia la izquierda.
La majestad serena del rostro, sin exageraciones, acompasan la figura clavada en la Cruz con tres clavos. Descansa el pie izquierdo sobre el derecho sin tablerillo que le sostenga. Una corona de espinas superpuestas sobre el cráneo hace fluir pinceladas de sangre que corren por las sienes y cuello. Su lanzada en el costado o las llagas en las rodillas son las notas más sangrientas de este Cristo de soberano naturismo.
La cruz arbórea que acoge el sagrado cuerpo es donación y obra del tallista local Antonio Gutiérrez Trujillo, devoto de nuestro titular y Consejero de Honor de la Junta de Gobierno en el periodo 1997-2000.
En la década de los setenta el Instituto de bachillerato de Álora, gracias al profesor José Luis Pérez García, se vincula a la advocación que desde esa fecha pasa a denominarse Santísimo Cristo Crucificado de los Estudiantes.
Esta imagen, tiene una característica peculiar de la comunidad de Castilla la Mancha de la década de los años 40. El perote José Morales, que hacía su servicio militar por aquella zona, tuvo a bien, traernos una magnífica idea, con la que solicitar a nuestro imaginero José Navas-Parejo Pérez, que sus brazos fueran articulados como bien hace referencia en el contrato de dicha imagen y así poder procesionarse como Santo Entierro.
El Cristo de los estudiantes, tuvo su primera procesión como Santo Entierro el Viernes Santo del año de 1946, incorporando aquella generación de cofrades una imagen inédita hasta entonces en nuestros desfiles procesionales con sus brazos articulados lo que permitía procesionarlo de Santo Entierro hasta el año 1999.
Tal y como nos muestra nuestra historia, fueron 54 años contemplando esta bella estampa y a su vez, un momento épico en la historia de nuestra Archicofradía.
En la siguiente imagen os mostramos la misma talla a la que por un mecanismo se le hacían bajar los brazos ofreciendo una composición serena, y elegante, equilibrada, llena de expresividad que con los brazos yertos y junto al cuerpo nos muestra un Cristo Yacente sin el patetismo atormentado de la muerte y al que se le procesionaba la noche del Viernes Santo, entre recogimiento y dolor.