06/07/2019 | 1.483 Visitas
Amanecía en Álora un día gris, de esos que no gustan en el Valle del Guadalhorce, preámbulo de una triste noticia que correría como la pólvora anunciando tu triste y pronta partida hacia la casa del Padre.
Se va el hijo, el padre, pero sobre todo, se nos va un hermano, no de sangre, como leyó Asunción en tu funeral, sino un hermano de corazón pues fueron muchos los hermanos que, disfrutamos contigo, y tu Santísimo Cristo Crucificado de los Estudiantes, también.
Antonio, a su forma, nos enseñó que la vida son esos momentos que hay que vivir con intensidad. Estas cosas, nos hacen cuestionarnos si verdaderamente damos mucha importancia a lo que no es verdaderamente importante en la vida. Persona amable, cercana, siempre dispuesto al SÍ a todo lo que la Archicofradía necesitase de su persona y de su amistad.
Te unes – demasiado pronto – a tantos archicofrades que vestidos de morado – tú en este caso de azul marino y cinturón de esparto – esperan la próxima Semana Santa para ver a nuestros sagrados titulares por las calles de Álora desde ese balcón que es la gloria del Señor.
Cuida desde allí arriba, de los que aquí nos quedamos, cuida de tus padres, de Paco –Chorreones- y de Agustina. De tus hijos, y de todos los que de una forma u otra, vivimos contigo y entre un ir y venir, aprendimos a vivir cada instante.
Abre tus brazos al Santísimo Cristo Crucificado de los Estudiantes y que sean los brazos que cuiden de tu Archicofradía y sus hermanos en estos momentos en los que nos sentimos tristes, pero que en el fondo tenemos ese brillo especial en los ojos porque “En su palabra confiamos con la certeza que Él ya le ha devuelto a la vida, ya le ha llevado a la luz.”
Hasta siempre, Antonio.
Comunicación - Archicofradía de las Torres
Departamento de comunicación de la Ilustre Archicofradía y Antigua Hermandad del Dulce Nombre de Nuestro Padre Jesús Nazareno de las Torres, Jesús Atado a la Columna, Santísimo Cristo Crucificado de los Estudiantes, Santo Entierro y María Santísima de las Ánimas.