19/03/2020 | 1.161 Visitas
En el día de hoy, tenemos un especial recuerdo hacia nuestro querido y añorado Antonio Lobato Salas, en el vigésimo aniversario de su partida a la casa de Nuestro Padre. Recordamos su persona con un testimonio recogido y escrito por parte de nuestro Hermano Ildefonso Mayorga Berrocal, miembro del Consejo General; dice así:
Querido amigo Antonio, en estos días que se cumplen veinte años de tu partida, para estar junto a Nuestro Padre; tus hermanos, te seguimos recordando como si estuvieses aun con nosotros.
Cada día que paso por la puerta de aquella droguería, me hacen revivir todos los momentos que pasábamos con los preparativos de la Hermandad. Eran tantos los asuntos que nos hacíamos cargo, que nunca había tiempo que perder.
Aquella tienda, me hace recordar tus labores para nuestra hermandad, esos retoques de purpurina al trono de los Estudiantes, dichas limpiezas a las tulipas de los arbotantes del Señor, una búsqueda incesante de una banda para el Cristo Crucificado de los Estudiantes, la asistencia a las reuniones de Jesús; que en un principio solo participábamos de oyentes, y fue el tiempo, el que nos dio la oportunidad de opinar, actuar y participar en las diferentes actividades de la Hermandad. Especialmente, los preparativos del 350 aniversario de la Hermandad.
No puedo olvidar, aquellas llamadas de Paco Lucas, en las cuales nos pedía que nos encargáramos de diferentes actividades siempre con la colaboración de nuestra querida Conchi Vila, siempre disponible; Delia Trujillo, Carmen Aranda y algunos hermanos de la Hermandad que siempre estaban dispuesto a colaborar con nuestra cofradía.
Cada día, en tu tienda, cuantos sueños teníamos…, en aquella radio que sonaban marcha de Semana Santa, y que incluso soñábamos con disponer de una Banda o una Casa Hermandad.
Siempre estamos pendientes a la presentación del Cartel y la Revista, que cada año celebramos en los salones de las Columnas, que dedicadamente, decorábamos con una gran ayuda de los hermanos de la Hermandad.
Era en el almacén, junto a la Parroquia, donde aquellas tardes, se nos hacían cortas de tiempo y donde comprobamos las luces que teníamos para el trono del Cristo Crucificado de los Estudiantes, que las baterías aguantaran todo el recorrido… y ya que estábamos allí; nos tomábamos unos buenos bocadillos, que, con la presencia de Paco de la Balita, nos acompañaba. Paco, que, aunque de la Virgen fue, ante todo era buen “Cofrade” y amigo.
Puedo seguir contando muchas de las cosas que hiciste por tu Hermandad; dorado de los medallones del trono del Cristo Crucificado de los Estudiantes, en tu Droguería y que ponías a secar frente a tu tienda, reuniones con nuestro amigo Andrés Borrego, Pepe Portales, Pedro Morillas y que nos organizábamos para ir a comprar las antorchas del Crucificado a Vélez-Málaga, buscando bandas para el crucificado de los Estudiantes; eso sí, siempre a última hora.
Fueron muchos los momentos vividos en nuestra Hermandad, donde forjamos una muy buena amistad y aquello que tantas veces nosotros cantábamos “La muerte, no es el final de camino”, lo seguimos manteniendo, porque te fuiste hace veinte años, y aun te siento presente. Además, siguen aquí con nosotros; Andrés Borrego, Paco Lucas y muchos más que en estos días tan especiales no olvidamos.
Pues bien, querido Antonio, casi no había pasado mucho tiempo de tu marcha y ya podíamos disfrutar de una Casa Hermandad, donde podemos reunirnos, hacer hermandad, aquello que tanto te gustaba; además hace muy poco, hemos podido sustituirla por otra mucha mas grande y con más espacios para poder seguir desarrollando las actividades de nuestra Hermandad.
Quiero contarte, que, desde hace ya más de una década, podemos celebrar los cultos internos y externo de la imagen de Jesús Atado a la Columna, la cuál tanto hablábamos, cuando la observamos desde su altar en la Parroquia de la Encarnación.
No me puedo olvidar de aquellos sueños, que hoy son realidad, y es que podemos disfrutar de los sones de nuestra Banda de Música; gracias a una locura de la juventud y que, a paso corto, pero firme, sigue avanzando. Y claro no puedo olvidarme de las nuevas marchas propias de nuestra Archicofradía, que son también una realidad y que estarías encantado de poder poner cada día en tu Droguería.
Si te debo contar una cosa, y es que no sabemos cómo, pero esta Semana Santa, no podremos vestir a nuestros Titulares, no le podremos poner los claveles o lirios, y no tendremos la ocasión de apretar el tornillo de la cruz de Señor, ponerle el papel plateado, ni tampoco verlos procesionar por las calles de nuestra querida Álora.
Llegará el Jueves Santo y tampoco podremos ir para hacer los últimos retoques antes de nuestra salida penitencial.
Llegará la hora, en la cuál comienza a verse un regimiento de soldados con uniforme, pero este año no veremos de aparecer el águila del guión de la Brigada Paracaidista por la curva de la Balita.
Y es que cuando llegue, el entre “dos luces” la Calle Ancha llorará por no ver al Señor de las Torres bajar…
En este caso Tú, Andrés Borrego, Paco Lucas, Antonio García, Francisco Pérez, Paco García, Manolo Morales, Vicente Morales, Encarni Peréz, Pepe Segura, Andrés Segura, Salvador Morales, María Mérida, María Hidalo, El Perdio, Diego Fernández, Agustina Muñoz, Joaquín Segura y muchos más, como mi Padre…, si que estaréis allí, en la Tribuna Celestial, velando por nosotros.
Y es verdad lo pasaremos mal porque no estamos acostumbrado, pero … será la voluntad de Nuestro Padre.
QUERIDO FISCAL HONORARIO Y PERPETUO.
ANTONIO LOBATO, SEGUIMOS JUNTOS
Ildefonso Mayorga Berrocal
Hermano Mayor 2004 – 2012
Su nombre siempre ha estado presente durante estos veinte años, desde aquel diecinueve de marzo del año dos mil que nos dejó. En cada Semana Santa, actos, presentaciones, reuniones, hermanos de nuestra hermandad, amigos…, siempre han tenido las mejores palabras hacia él.
En cada ramos de flores, corneta y tambor que sonaba, en la caña hincada en el monte de lirios, que tanto le quebraba la cabeza, en el reflejo dorado del trono, en la corona de espinas de su crucificado, en la columna que alguna vez quería haber visto de nuevo en la calle, en cada vela de Ánimas, en el terciopelo de una nueva imagen para el sepulcro, en cada saeta, en el tornillo de la Cruz, en su túnica y su medalla, en el bolero, en la fila de nazarenos, en su improvisada Casa Hermandad de la calle Carmona, en el olor a incienso, en cada boina y en cada banderín, en el color morao y en un sin fin de lugares y momentos que se que estará siempre su nombre.
Él eligió un diecinueve de marzo para irse, pero no sin antes despedirse de todos y cada uno de vosotros. Aquella noche, el quiso despedirse con aquel tímido y discreto apagón de luz que todos recordamos.
Desde estas líneas, quiero agradecer personalmente y en el de toda mi familia, el cariño que le mostrais y que siempre esta presente con nosotros en dichos recuerdos.
Puedo garantizar, que me faltaran tiempo en mi vida para agradeceros todas las muestras y el afecto que habéis tenido siempre con él y con mi toda mi familia.
La muerte no es el final del camino.
Maria Eugenia Lobato Taboada
Hermana de nuestra Archicofradía
Comunicación - Archicofradía de las Torres
Departamento de comunicación de la Ilustre Archicofradía y Antigua Hermandad del Dulce Nombre de Nuestro Padre Jesús Nazareno de las Torres, Jesús Atado a la Columna, Santísimo Cristo Crucificado de los Estudiantes, Santo Entierro y María Santísima de las Ánimas.