25/11/2024 | 46 Visitas
Al grito de “¡Viva Cristo Rey!” el pasado Domingo, la Iglesia Católica culminaba el año litúrgico proclamando en el cielo y en la tierra que ¡Cristo ha vencido! ¡Él es rey para siempre! No perdamos tiempo y ¡convirtamos el corazón!
En el año 325, se celebró el primer concilio ecuménico en la ciudad de Nicea, en Asia Menor. En esta ocasión, se definió la divinidad de Cristo contra las herejías de Arrio: «Cristo es Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero».
Por lo que 1600 años después, en 1925, Pío XI proclamó que el mejor modo de que la sociedad civil obtenga “justa libertad, tranquilidad y disciplina, paz y concordia” es que los hombres reconozcan, pública y privadamente, la realeza de Cristo: “Porque para instruir al pueblo en las cosas de la fe -escribió-mucha más eficacia tienen las fiestas anuales de los sagrados misterios que cualesquiera enseñanzas, por autorizadas que sean, del eclesiástico magisterio (…) e instruyen a todos los fieles (…) cada año y perpetuamente; (…) penetran no solo en la mente, sino también en el corazón, en el hombre entero”. (Encíclica Quas primas, 11 de diciembre de 1925).
La Solemnidad de Cristo Rey es una fiesta de devoción consagrada a Cristo durante el tiempo ordinario. Fue instituida por el Papa Pío XI, el 11 de diciembre de 1925. Al principio, esta festividad se celebraba el primer domingo de octubre, pero, recientemente, se trasladó al último domingo del año litúrgico.
Este último domingo del año litúrgico está dedicado a la contemplación del misterio de Cristo, Rey del Universo. Esta solemnidad es el compendio de todo el camino espiritual realizado a lo largo del año litúrgico a través de los diferentes momentos, tiempos, celebraciones, fiestas y aniversarios. Todo ello converge hacia un punto luminoso y claro para todos los que nos reconocemos como cristianos. Este punto es la gloria y la luz de la Cruz de Jesús.
Celebrar a Cristo Rey contemplándole en el momento en que es clavado en una cruz, insultado, moribundo, privado de su dignidad suscita sorpresa y perplejidad, no sólo a los antiguos sino también a nosotros hoy.
Es por este motivo cultual y tal como se rigen en nuestros vigentes estatutos en su capítulo VI, artículo 12, §2; la sagrada imagen de Jesús Atado a la Columna en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo celebra su liturgia, la cual ha estado rendida a culto en la mañana de este domingo a los pies de su altar dispuesta en un nuevo y renovado altar efímero preparado para esta celebración, y que ha tenido lugar en la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación.
Este nuevo altar, obra de todo el magnifico equipo que cuenta dicha sección, en la que durante más de tres semanas han venido colaborando más de 30 hermanos y hermanas de nuestra Archicofradía para conseguir lo que todos los asistentes durante esta semana a la Parroquia han tenido el gozo de verlo en directo.
La celebración de la Eucaristía fue presidida por nuestro Párroco y Director Espiritual Reverendo Sr. D. Felipe Manuel Gallego Casco, siendo acompañados por el grupo de acólitos de nuestra Archicofradía, formado por Mariano Lobato González, Alejandro Hidalgo Arjona, Leandro Carrasco Bootello, Francisco Martínez Conejo, Manuel Galvéz Díaz y Javier Aranda Pérez.
Para culminar este acto, la sagrada imagen de Jesús Atado a la Columna quedó expuesta en besapiés para los fieles y devotos.
Desde nuestra Archicofradía, y especialmente desde la sección que ha organizado este culto, agradecemos a las cofradías que han estado presentes en esta Solemnidad de Cristo Rey y todos nuestros hermanos y devotos que acudieron tanto a la organizacion de dicho Culto como a la Solemnidad del pasado Domingo para la celebracion de Cristo Rey del Universo.
Área de Comunicación
Sección de Jesús Atado a la Columna
Álora, a 25 de noviembre de 2024
Comunicación - Archicofradía de las Torres
Departamento de comunicación de la Ilustre Archicofradía y Antigua Hermandad del Dulce Nombre de Nuestro Padre Jesús Nazareno de las Torres, Jesús Atado a la Columna, Santísimo Cristo Crucificado de los Estudiantes, Santo Entierro y María Santísima de las Ánimas.